La primera gran prueba del Káiser al mando de la selección se dio a poco tiempo después de haber asumido el cargo de entrenador, ya que en enero de 1995, Argentina participó en la segunda edición de la Copa Confederaciones (aún nombrada «Copa Rey Fahd») en calidad de campeón de la Copa América 1993. El seleccionado albiceleste integró el Grupo B, junto a Japón y Nigeria.