Esto provocó que el presidente del club, Amadeo Salvo, viajara en persona a Singapur para tratar de convencer a Peter Lim de que todos estos requerimientos no tenían ninguna validez jurídica. Tras una reunión de la Fundación VCF, su presidente Aurelio Martínez declaró que solo era necesario que Lim recibiera dichas garantías de Bankia para convocar al patronato de la Fundación y aprobar definitivamente el contrato de compraventa de las acciones.