«La ola», consistente en cientos de aficionados levantando las manos de manera sincronizada, como un fenómeno colectivo que da la vuelta a todo el recinto deportivo y que hoy en día se ha establecido mundialmente como una forma de expresar la alegría y goce de los aficionados. La nota negativa la protagonizaron los hooligans británicos que no encajaron bien la derrota y protagonizaron numerosos disturbios en las calles de Bruselas y agredieron a numerosos valencianistas desplazados a Bélgica, que debieron ser atendidos en hospitales.