Los focos no le apuntan directamente a él, con un perfil mucho más discreto que el del delantero de la Juventus. Camiseta del Milan 2016/2017 (ADIDAS). París no tiene mar, pero siempre que evocamos la imagen de la chica parisina la vemos con camiseta de rayas. “Kate Moss, Sarah Jessica Parker y más recientemente Olivia Palermo, Taylor Swift o Sienna Miller han tenido siempre a Francia como un deseado segundo hogar e idolatran esa vida relajada frente al mar, al estilo de Jean Birkin, quien popularizó también a los compañeros infalibles de la camiseta de rayas: la cesta de mimbre y las espadrilles o alpargatas”, añade Kralin. También Simeone, que esta temporada devolvió a la vida a Lemar. Llamó a sus padres, que aguardaban pacientemente, y Lemar los retrató a los tres con sobre ese tapete inundado de confeti. En primer lugar, y con algo de retraso, el absolutamente inenarrable uniforme del CD Palencia para el playoff de ascenso a 2ª B. Bien está lo que bien acaba, porque el equipo castellano ha logrado subir, pero ese diseño de Kappa que recrea la musculatura humana es un paso más en esas líneas que equipos como La Hoya-Lorca (el brócoli), el Guijuelo (el jamón), el Lugo (el pulpo y la caña) o la Cultural Leonesa (el esmoquin) marcaron en temporadas anteriores.
En total, del modelo del brócoli, que sigue siendo la segunda equipación del club, se han vendido 7.000 unidades. La selección italiana sigue conservando el azul que ha portado desde el siglo XX. Se trata de una camiseta compuesta por fotos de la ciudad, todas con un filtro que va del azul al rosa pasando por el morado. Para la Eurocopa 2021, en alianza con Puma, la ‘azzurra’ utiliza una estampado de figuras con un azul más oscuro en el cuello y las mangas. Algunas de las figuras destacadas del equipo portugues, además de CR7, son Pepe, Jose Fonte y Joao Moutinho. Vuelve Joao al Metropolitano. Ambos han sido protagonistas en la aclimatación de Joao. Resultado? Están casi desbordados: les han llegado pedidos de Francia, Italia, Portugal y Sudamérica -aunque sólo trabajan a nivel nacional-, y están pensando si renovar la maquinaria o comprar nueva para responder a tanta demanda. En los últimos años, infinidad de equipos han buscado sorprender con modelos ‘distintos’. Curiosamente él marcó uno de los últimos tantos que vio su afición desde la butaca.
Pero no sólo es una cuestión de dinero, de los 127,2 millones que pagaron por él al Benfica, siendo el fichaje más caro en la historia del club rojiblanco. En el club rojiblanco todos tienen calma y mucha confianza en él. Fue la última y más decisiva de las seis asistencias que regaló durante su segundo curso como rojiblanco. Esta última temporada, Gosens reveló su experiencia con el luso tras un partido con la Juve. Fue el 2-1 de un partido que acabaría en tablas (2-2). En el Wanda ha anotado siete de sus 10 tantos de esta temporada, firmando un doblete redentor frente al Salzburgo, con el que su equipo remontó y siguió vivo en la Champions, la competición que más le motiva. Desde su partido contra Portugal, es probable que alguien se le acerque a pedirle la camiseta. En parte, culpables de que su niño vaya a disputar su primera Eurocopa y de que, esta tarde, esté sobre el verde del Metropolitano con la camiseta de Portugal, a las órdenes de Fernando Santos. Aquel centrocampista al que desde niño ya le habían advertido que si pretendía ser alguien debía ser regular se había convertido en un jugador infalible, sobre todo en las zonas determinantes.
Aquella fue la fiesta de su primer título en España (ya había levantado una liga con el Benfica y la Liga de Naciones con Portugal). Se estrenó semanas antes de que se hiciera oficial su millonario fichaje por el Atlético (127,2), en las semifinales de aquella primera Liga de Naciones que ganaría Portugal. Una Liga a la que contribuyó con un otoño prometedor y una genialidad, en la remontada exprés ante Osasuna, que su gran amigo Lodi alcanzó a poner en la escuadra de un zurdazo. Porque en Bruno Fernandes todos veían a un gran jugador, pero ni mucho menos la estrella que ahora es por mucho que en la italiana Novara llegaran a llamarle «Maradona». Y una de las cosas que tiene claras, a pesar de los debates, es que quiere ser la estrella del Atlético, donde tiene contrato hasta 2026 y una cláusula de rescisión de 300 millones.