Más tarde, a los trece años, Julián y Alberto comienzan a interesarse por grupos más progresivos, como Pink Floyd, Soft Machine, Jethro Tull y Frank Zappa, y, cuando los obligan a entrar en el equipo de balonmano del colegio, se pasan las horas en la banda, hablando de música. Se ha sugerido que «muchos de los ultras participaron en los conflictos armados y llevan sus cicatrices hoy, traduciendo la naturaleza tribal de las guerras yugoslavas a sus clubes y grupos ultras».