Es el caso del Espárrago Rock en Andalucía o del mucho más famoso Viña Rock en Castilla-La Mancha. En cualquier caso, hacia finales de la década, el vigor del rock urbano era tal que incluso terminó integrando y fagocitando en su seno buena parte de escenas antes tan dispares como la del heavy metal, el punk y el hardcore propiamente dichos, que hasta ese momento habían conformado micro-cosmos aislados y autosuficientes.